5 Pues firme ante Dios está mi casa, porque ha hecho conmigo un
pacto sempiterno, en todo ordenado y custodiado. El hará germinar toda mi
salud y todo mi deseo.
6 Como espinas del desierto todos los malvados, que no son recogidos
con la mano.
7 Nadie los toca si no es con hierro o el fuste de una lanza para ser
consumidos por el fuego.
8 Estos son los nombres de los valientes de David: Isbaal
el
jakmonita, el primero de los tres; fue el que blandió su lanza e
hizo
ochocientas víctimas de una sola vez.